CORPUS CHRISTI

Luego del Bautismo, la primera Comunión, y luego la comunión por siempre !
La EUCARISTÍA es el alimento que sacia totalmente los anhelos más profundos del ser humano.
Jesús es pan de vida eterna: “El que venga a mí nunca más tendrá hambre” (
Jn 6,35).
No dejes de comulgar !
(Claro está que primero debes de haberte, debidamente, confesado).

sábado, 28 de noviembre de 2009

Adviento: La espera de la Esperanza (mañana enciende una vela)

Domingo 30 :    1° domingo de Adviento
 
NUEVA YORK, viernes 27 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos una reflexión sobre Adviento escrita por Mario J. Paredes, presidente de la Asociación Católica de Líderes Latinos (CALL) de los Estados Unidos, miembro del comité presidencial de enlace de la Sociedad Bíblica de los Estados Unidos con la Iglesia católica.* * *
Con el tiempo de adviento comienza otro año en la vida litúrgica de los católicos. Adviento es vocablo latino que significa espera de lo que ha de venir, expectación de algo que está en advenimiento, de lo que llega, de lo que vendrá y plenificará el presente.

Que sería de la vida del ser humano sin la esperanza! Naufragaríamos en el mar de la incertidumbre, del sufrimiento, del dolor, del mal, sin que nada nos alentara a seguir confiando, luchando, trabajando, proyectando, amando, confiando, creyendo, esperando...

Los cristianos somos, esencial y fundamentalmente, hombres y mujeres de esperanza. Es decir, hombres y mujeres que viven en permanente adviento: en la espera de que el nacimiento de Dios llegue en la navidad, en la espera de los encuentros cotidianos con Dios mediante su creación, mediante el hermano especialmente el más pobre, mediante la liturgia, mediante los sacramentos, mediante tantos signos y circunstancias que Dios se nos acerca y viene a nuestro encuentro cada día. El cristiano vive en la espera de que las promesas de Dios lleguen a su cumplimiento, que el Reinado de Dios triunfe sobre el reinado del mundo, que la misericordia de Dios triunfe sobre el desamor y que el poder de Dios venza sobre los podercitos mezquinos del hombre.

Pero el cumplimiento de estas esperanzas, para que - como dice el salmo del adviento - en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente, exige que los cristianos construyamos, con nuestros hechos y palabras, con nuestros anuncios y denuncias, nuestros comportamientos, actitudes y trabajos, espacios y tiempos en los que la esperanza cristiana sea posible, es decir, espacio-tiempos en los que el Reinado de Dios se haga presente por medio nuestro.

Así, la esperanza que esperamos nos saca de una actitud resignada y pasiva y nos mueve a construir la esperanza que esperamos, el cielo y la tierra nueva que anhelamos. Más aún, el cristiano sabe que las esperas cotidianas de felicidad se plenifican sólo en nuestra esperanza: Cristo y su vida en nosotros. La esperanza cristiana no es una esperanza que se agota en las satisfacciones temporales y efímeras sino que empuja todo nuestro presente hacia un futuro plenificador y totalizante en Dios.

Adviento, este tiempo litúrgico que antecede a la espera de la Navidad, es - más que un tiempo litúrgico - una actitud de vida y un compromiso personal y comunitario del creyente y de los que en Iglesia creemos en el Evangelio de Jesucristo y de un mundo en el que lo divino nazca, aparezca y se manifieste en lo más humano y cotidiano de nuestra historia presente.

De esta esperanza que no se agota en el día a día, de la esperanza que anima todos nuestros instantes, de la esperanza infinita y sin condiciones, de la esperanza que no pasa y no muere, de la esperanza que nos abre al mas allá de esta intrahistoria limitada, de la esperanza que vence toda forma de mal, de dolor y de muerte nos habla la liturgia en este tiempo de Adviento.

Hoy más que nunca urge vivir el espíritu del Adviento. Nos circundan por todas partes manifestaciones de crisis: crisis del espíritu humano, crisis de logros que otrora soñó la humanidad, crisis de confianza en lo que puede el hombre y sus instituciones, hay crisis de confianza en los gobiernos, en los regímenes, en los modelos políticos y económicos, hay desconfianza entre los pueblos y las naciones, hay incredulidad en los lideres espirituales, hay desilusión, hay desesperanza porque hay hambre y mil formas de inequidad, de injusticia, de violencia y de muerte. Hay un sentir colectivo según el cual nuestro presente es de no-futuro. Hay incertidumbre, hay pérdida del sentido de la vida, hay angustia, vivimos tiempos difíciles en todos los ámbitos del quehacer humano y sin embargo, la liturgia católica, en este tiempo de Adviento nos invita, una vez más, a la espera de la Esperanza, al compromiso y construcción de tiempos mejores...

Deseo a todos que este Adviento 2009 nos llene de esperanza, de un aliento siempre renovado para hacer posible nuestra Esperanza: el Evangelio de Jesucristo entre nosotros, vivido y anunciado por nosotros, para la construcción de un mundo mejor, más justo, más humano y con ello más según el querer de Dios.

jueves, 26 de noviembre de 2009

El domingo ya empieza el Adviento!

Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad...
 
¡El domingo ya empieza el Adviento!
Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad..

Hoy es el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra.

Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante, nos preparamos.

La Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor.

Caminos que llevamos en nuestro interior y que tenemos que luchar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo.

Hace unos días celebrábamos el día de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que El nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos".... y a lo "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos.

Es preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo.

A nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.

Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación. por "nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24).

Cuatro domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y gastos superfluos.... mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre.


ESTO ES EL ADVIENTO. PREPARÉMOSNOS CON ILUSIÓN Y CON FE

lunes, 16 de noviembre de 2009

Homilía de su Santidad Juan Pablo II en la celebración Eucarística de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo en 2000

Amadísimos hermanos y hermanas:
1. Os saludo con afecto a todos vosotros, habéis venido para vuestra celebración jubilar ante la tumba de san Pedro, en la víspera de la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Según las imágenes del Apocalipsis, Cristo es <> (Ap 22, 13). Como verdadero <>, lo gobierna y renueva todo, para poder <> al final el mundo al Padre, <> (1 Co 15, 28). Queridos hermanos, venís hoy a encomendarle a él nuevamente vuestra vida. Procurad que su realeza se manifieste en vuestro esfuerzo por vivir las realidades del mundo transfigurándolas con el amor y la alabanza a Dios.
Saludo cordialmente ahora al cardenal vicario Camillo Ruini, que ha celebrado la eucaristía, y le agradezco las palabras que me ha dirigido en nombre de todos y a los sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas presentes.
Una actividad importante para el bien común

2. Os saludo también a los que realizáis la peregrinación de los empleados de varios organismos constitucionales de la República italiana: la presidencia de la República y la del Consejo de ministros, el Senado de la República, la Cámara de diputados y el Tribunal de cuentas. Os saludo a todos cordialmente. Hace poco, en el jubileo de los gobernantes, los parlamentarios y los políticos, exalté la nobleza de la política, reafirmando la exigencia de vivirla con una dimensión espiritual, marcada por la competencia y la moralidad. ¿Me alegra dirigirme hoy a vosotros, que colaboráis en la obra de los políticos y los gobernantes. Con vuestro servicio estable en el seno de las instituciones, estáis llamados a garantizarles continuidad, talante profesional y elevación moral.
Al trabajar en sectores tan prestigiosos, en cierto modo sois personas privilegiadas. Sin embargo, es fácil intuir que en vuestro ámbito profesional tampoco faltan las dificultades y los desafíos. En el vuestro, como en cualquier otro sector humano, la realidad diaria está siempre lejos del ideal, y a veces quizá también vosotros, llevados por la desconfianza, sentís la tentación de abandonaros a la rutina. ¡No cedáis a esta tentación! Realizad siempre con esmero incluso el trabajo más burocrático. Mirad siempre a las personas, sus problemas y sus sufrimientos, aunque debáis ocuparos de ellas sólo mediante documentos o cifras, artículos de códigos y áridos reglamentos. Haced de vuestro trabajo un espacio de verdadera humanidad y una ocasión de perfeccionamiento moral. Un discípulo de Cristo jamás ha de acomodarse en la mediocridad: todo trabajo puede ser camino de santidad.
Al trabajar en sectores tan prestigiosos, en cierto modo sois personas privilegiadas. Sin embargo, es fácil intuir que en vuestro ámbito profesional tampoco faltan las dificultades y los desafíos. En el vuestro, como en cualquier otro sector humano, la realidad diaria está siempre lejos del ideal, y a veces quizá también vosotros, llevados por la desconfianza, sentís la tentación de abandonaros a la rutina. ¡No cedáis a esta tentación! Realizad siempre con esmero incluso el trabajo más burocrático. Mirad siempre a las personas, sus problemas y sus sufrimientos, aunque debáis ocuparos de ellas sólo mediante documentos o cifras, artículos de códigos y áridos reglamentos. Haced de vuestro trabajo un espacio de verdadera humanidad y una ocasión de perfeccionamiento moral. Un discípulo de Cristo jamás ha de acomodarse en la mediocridad: todo trabajo puede ser camino de santidad.

3. En realidad, vuestro trabajo supera los confines de vuestras oficinas, contribuyendo al funcionamiento global de un aparato institucional que es de suma importancia para el bien común. A esto tiende, ante todo, el servicio prestado a la unidad de la nación por la presidencia de la República y el de gobierno ejercido por la presidencia del Consejo de ministros. De igual importancia es el papel del Senado de la República y de la Cámara de diputados en la realización de la función legislativa, así como el papel de garantía que desempeña el Tribunal constitucional con vistas a la conformidad de las leyes con la charta magna de la República, y el de control sobre la gestión de las finanzas públicas que lleva a cabo el Tribunal de cuentas.
Al trabajar en sectores tan prestigiosos, en cierto modo sois personas privilegiadas. Sin embargo, es fácil intuir que en vuestro ámbito profesional tampoco faltan las dificultades y los desafíos. En el vuestro, como en cualquier otro sector humano, la realidad diaria está siempre lejos del ideal, y a veces quizá también vosotros, llevados por la desconfianza, sentís la tentación de abandonaros a la rutina. ¡No cedáis a esta tentación! Realizad siempre con esmero incluso el trabajo más burocrático. Mirad siempre a las personas, sus problemas y sus sufrimientos, aunque debáis ocuparos de ellas sólo mediante documentos o cifras, artículos de códigos y áridos reglamentos. Haced de vuestro trabajo un espacio de verdadera humanidad y una ocasión de perfeccionamiento moral. Un discípulo de Cristo jamás ha de acomodarse en la mediocridad: todo trabajo puede ser camino de santidad.
El primado de Dios

4. Entre las virtudes que deben brillar en vosotros figura sin duda la lealtad a las instituciones, a las que estáis llamados a servir teniendo muy en cuenta el primado de Dios: <>(Mc 12, 17).
Este luminoso principio evangélico ha orientado a la Iglesia desde sus orígenes, impulsándola a mostrar gran respeto por las instituciones civiles. En ellas, y en los hombres que asumen su responsabilidad, se ha de ver un signo de la presencia de Dios, que guía los acontecimientos de la historia. <> (Rm 13, 1): todo poder viene de Dios. En esto se basa el deber de acatamiento a las leyes y a quienes
ejercen la autoridad. Sin embargo, todo se debe someter a la soberanía de Dios, hasta el punto de que en ningún caso puede llegar a ser obligatorio lo que se opone a su ley. El cristiano debe ser firme testigo de este principio, yendo, cuando sea necesario, <>. En este caso encontrará apoyo en la fuerza de la oración. Como la primera comunidad de Roma, a comienzos del siglo II, los creyentes invocan la ayuda divina para cuantos están investidos de responsabilidades públicas, a fin de que el Señor dirija sus decisiones según lo que es bueno y agradable a sus ojos (cf. Primera Carta de san Clemente a los Corintios, LXI, 1). 


5. Os saludo ahora a vosotros, queridos trabajadores del sector del transporte, empleados de la Empresa de tranvías y autobuses del ayuntamiento de Roma (ATAC) y de otras empresas del Lacio y de toda Italia. Vuestra realidad es vasta, con una extensa red de servicios que os comprometen a diario a favor de los ciudadanos. Además, en este año del gran jubileo merecéis particularmente nuestra gratitud por la acogida prestada a los numerosos peregrinos: os lo agradezco de corazón.
El transporte público, en las actuales condiciones de intercambios más intensos de personas y de tráfico a menudo caótico, está destinado a desempeñar un papel de creciente importancia. Desde el punto de vista ecológico y humano, existe una difundida exigencia de asegurar un mejor nivel de vida a nuestras ciudades. Es necesario evitar que nuestros paisajes se vean alterados o contaminados ulteriormente, y salvaguardar la dimensión humana de las ciudades. ¿Y no depende todo esto del modo como se organiza el transporte? Por lo demás, no hace falta demostrar la importancia que tiene esto para Roma, por su doble papel de capital de Italia y de centro de la cristiandad.
En efecto, tanto los peregrinos como los turistas, que vienen desde lejos, antes de sumergirse en la historia de Roma, en su arte y en su significado religioso, por lo general se encuentran con vosotros. Vuestra disponibilidad, cordialidad y eficiencia es como una tarjeta de presentación de la <>.
Ciertamente, es fácil imaginar las dificultades que hacen pesado vuestro servicio. A pesar de todo, esforzaos por prestarlo como un verdadero acto de amor. Precisamente a ello os comprometéis, abriendo vuestro corazón a la gracia jubilar que Cristo os da hoy. Sed para las personas que transportáis otros <>, portadores de Cristo, que quiere que lo encontremos y lo tratemos con amor en cada persona, especialmente en los más pobres (cf. Mt 25, 35).
El jubileo es momento de conversión y renovación

6. Me agrada saludar ahora al grupo de fieles del círculo de la agencia ANSA. Es conocido el papel de vuestra agencia en el panorama de la información. Vuestra presencia me impulsa a invocar al Señor para que ilumine a cuantos trabajan en este sector y les ayude a prestar del mejor modo posible su servicio, hoy particularmente difícil y lleno de responsabilidad, por las condiciones generales del sistema de los medios de comunicación social y la influencia a menudo exagerada ejercida por pocos y grandes gestores del poder informativo.
Por último, doy mi bienvenida a los otros numerosos grupos presentes: grupos parroquiales, escolares y asociaciones de diferentes tipos y de diversa proveniencia. Queridos hermanos, os deseo que viváis este jubileo como un momento de conversión y renovación interior. Cristo os pide que os adhiráis con más fuerza a su Evangelio y que lo traduzcáis en un testimonio coherente. ¡Confiad en él! Ante las <> atractivas de una cultura que, alejándose de él, promete en vano felicidad verdadera y duradera, decidle con la convicción del apóstol san Pedro: <> (Jn 6, 68).
María, Madre de la Iglesia, nos obtenga que Cristo, Rey del universo, sea el Rey de nuestro corazón, de nuestras familias y de nuestras comunidades. En el nombre del Señor, os bendigo a todos.

(Homilía de su Santidad Juan Pablo II en la celebración Eucarística de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo en 2000)

Próximo domingo, solemnidad de CRISTO REY!

¿Por qué Jesucristo es Rey?
Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que:
  • reina en las inteligencias de los hombres porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad;
  • reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos;
  • reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie —entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.

Sin embargo, profundizando en el tema, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey, ya que del Padre recibió la potestad, el honor y el reino; además, siendo Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.
Ahora bien, que Cristo es Rey lo confirman muchos pasajes de las Sagradas Escrituras y del Nuevo Testamento. Esta doctrina fue seguida por la Iglesia –reino de Cristo sobre la tierra- con el propósito celebrar y glorificar durante el ciclo anual de la liturgia, a su autor y fundador como a soberano Señor y Rey de los reyes.
En el Antiguo Testamento, por ejemplo, adjudican el título de rey a aquel que deberá nacer de la estirpe de Jacob; el que por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte santo de Sión y recibirá las gentes en herencia y en posesión los confines de la tierra.
Además, se predice que su reino no tendrá límites y estará enriquecido con los dones de la justicia y de la paz: "Florecerá en sus días la justicia y la abundancia de paz... y dominará de un mar a otro, y desde el uno hasta el otro extrema del orbe de la tierra".
Por último, aquellas palabras de Zacarías donde predice al "Rey manso que, subiendo sobre una asna y su pollino", había de entrar en Jerusalén, como Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas, ¿acaso no las vieron realizadas y comprobadas los santos evangelistas?
En el Nuevo Testamento, esta misma doctrina sobre Cristo Rey se halla presente desde el momento de la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen, por el cual ella fue advertida que daría a luz un niño a quien Dios había de dar el trono de David, y que reinaría eternamente en la casa de Jacob, sin que su reino tuviera jamás fin.
El mismo Cristo, luego, dará testimonio de su realeza, pues ora en su último discurso al pueblo, al hablar del premio y de las penas reservadas perpetuamente a los justos y a los réprobos; ora al responder al gobernador romano que públicamente le preguntaba si era Rey; ora, finalmente, después de su resurrección, al encomendar a los apóstoles el encargo de enseñar y bautizar a todas las gentes, siempre y en toda ocasión oportuna se atribuyó el título de Rey y públicamente confirmó que es Rey, y solemnemente declaró que le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Pero, además, ¿qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, bastante olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador, ya que con su preciosa sangre, como de Cordero Inmaculado y sin tacha, fuimos redimidos del pecado. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo.

El Papa resalta necesidad de unidad de los cristianos para la evangelización

En su mensaje a los participantes de la asamblea plenaria de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, dado a conocer hoy, el Papa Benedicto XVI resaltó la necesidad de la unidad de los cristianos para la tarea de la evangelización, especialmente en los "centros neurálgicos de la sociedad del tercer milenio".
En el texto enviado al Cardenal Ivan Dias, Prefecto de este dicasterio, el Santo Padre se refiere al tema de la asamblea "San Pablo y los nuevos areópagos" y recuerda que la referencia a estos "constituye una invitación urgente para saber valorar los ‘areópagos’ de hoy, donde se afrontan los grandes desafíos de la evangelización".
Benedicto XVI resalta que "la actividad misionera de la Iglesia se debe orientar hacia los centros neurálgicos de la sociedad del tercer milenio. No hay que minusvalorar el influjo de una difusa cultura relativista, la mayoría de las veces carente de valores, que entra en el santuario de la familia, se infiltra en el campo de la educación y en otros ámbitos de la sociedad y los contamina, manipulando las conciencias, especialmente las de los jóvenes. Al mismo tiempo, sin embargo, a pesar de estas insidias, la Iglesia sabe que el Espíritu Santo está siempre en acción".
"Se abren nuevas puertas al Evangelio y se va extendiendo en el mundo el deseo de una auténtica renovación espiritual y apostólica. Como en otras épocas de cambio, la prioridad pastoral es mostrar el rostro real de Cristo", que "exige que cada comunidad cristiana y la Iglesia en su conjunto ofrezcan un testimonio de fidelidad a Cristo, construyendo pacientemente aquella unidad querida por Él e invocada por todos sus discípulos. La unidad de los cristianos facilitará la evangelización y la confrontación con los desafíos culturales, sociales y religiosos de nuestro tiempo".
El Papa anima luego a "imitar el estilo de vida y el mismo espíritu" apostólico de San Pablo, quien estuvo siempre "centrado totalmente en Cristo".
"Con esta adhesión completa al Señor, los cristianos podrán transmitir más fácilmente a las generaciones futuras el patrimonio de la fe, capaz de transformar también las dificultades en posibilidades de evangelización", concluye.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Corazón de María es "tierra buena" para la Palabra de Dios, dice el Papa




VATICANO, 15 Nov. 09 / 06:29 am
Un nutrido grupo de fieles y peregrinos se dio cita este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana recordó que quien acoge la Palabra de Dios da verdaderamente fruto, pues posee en sí un potente principio de transformación que se manifiesta en la bondad una vida animada por la caridad.
“Agradezcamos al Señor que nos ha permitido completar, una vez más, este camino de fe”, dijo el Papa refiriéndose al Año litúrgico, agregando que éste se trata de “un don inestimable, que nos permite vivir en la historia el misterio de Cristo, acogiendo en nuestra existencia personal y comunitaria la semilla de la Palabra de Dios, semilla de eternidad que transforma desde el interior este mundo y lo abre al Reino de los Cielos”.
Seguidamente el Pontífice reflexionó sobre una frase del Evangelio de hoy: “El cielo y la tierra pasarán, mas mi palabra no pasará” resaltando “la expresión ‘cielo y tierra’ es frecuente en la Biblia para indicar todo el universo, la totalidad del cosmos. Jesús declara que todo aquello está destinado a ‘pasar’. Toda la creación está marcada por la finitud: no existe confusión alguna entre creado y Creador, sino más bien una diferencia neta. Así, Jesús afirma que sus palabras ‘no pasarán’, es decir, están de la parte de Dios y por ello son eternas”.
“En una célebre parábola –continuó el Papa- Cristo se paragona al sembrador y explica que la semilla es la Palabra: aquellos que la escuchan, la acogen y dan fruto, son parte del Reino de Dios, es decir, viven bajo su señoría; permanecen en el mundo, mas no son del mundo; llevan en sí un germen de eternidad, un principio de transformación que se manifiesta desde ya en una vida buena, animada por la caridad, y que al final producirá la resurrección de la carne”.
Más adelante el Papa destacó la figura de la Virgen María cual “signo viviente de esta verdad. Su corazón fue ‘tierra buena’ que acogió con plena disponibilidad la Palabra de Dios, de modo que toda su existencia, transformada según la imagen del Hijo, fue introducida en la eternidad, alma y cuerpo, anticipando la vocación eterna de todo ser humano”.
Finalmente, el Papa rezó el Ángelus con todos los presentes, los saludó en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Representantes de Facebook, YouTube y Wikipedia, en el Vaticano

Asamblea Plenaria de la Comisión Episcopal Europea para los Medios

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 11 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Los obispos europeos dialogarán con representantes de Facebook, YouTube, Identi.ca y Wikipedia, durante la Asamblea Plenaria de la Comisión Episcopal Europea para los Medios (CEEM) que tendrá lugar del 12 al 15 de noviembre en el Vaticano, con el tema “La cultura de Internet y la comunicación de la Iglesia”.
La CEEM es una comisión especializada del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) que sigue la evolución de los medios y de las comunicaciones eclesiales, sostiene la acción de las Conferencias Episcopales en este campo, y define, a petición de la CCEE, orientaciones en materia de política mediática.
En este encuentro – informa la CCEE – participarán los obispos responsables de las comisiones episcopales para las comunicaciones sociales, acompañados por sus expertos, responsables de prensa y portavoces de las conferencias episcopales de Europa, en total un centenar de delegados.
“¿Cuáles son las implicaciones de la presencia de Internet para la misión de la Iglesia hoy? ¿Dónde se encuentra, y cuál es esta nueva cultura vehiculada por Internet? ¿Cómo ha entrado Internet en la pastoral cotidiana de nuestras diócesis y de nuestras parroquias? ¿Cómo puede hacer pasar la Iglesia el mensaje cristiano en la cultura actual, marcada por la interactividad?”. A todos estos interrogantes y a otros más intentará aportar una respuesta la asamblea.
A guisa de introducción a este encuentro, los obispos serán iniciados en el mundo de Internet y en los cambios en curso no sólo en la Red (con el paso a la Web 2.0) sino también en la sociedad, y en particular entre los jóvenes. La necesidad de hacer sentir el efecto de interpretar las culturas mediáticas actuales en su especificidad.
Los obispos de Europa dialogarán con quienes hacen la comunicación y producen la cultura de hoy. Con los representantes de redes sociales como Facebook, de motores de búsqueda Google-Youtube, de ‘microblogging’ Identi.ca, y de la enciclopedia social Wikipedia, la asamblea se centrará en la idea que está en la base de la creación de su empresa multimedia, y en la manera en que las personas (en especial los jóvenes) utilizan estos sitios; a continuación les interrogará sobre el desarrollo que prevén en su empresa.
La generación Web es seguramente la que es más sensible a la presencia constante de Internet en nuestra vida, para bien y para mal. Un sociólogo ayudará a los participantes a comprender mejor el tipo de “relaciones” que los jóvenes mantienen con Internet. Asistirán luego a la presentación de una experiencia de trabajo y de formación de jóvenes por jóvenes.
En Internet existe otra cultura, paralela y generalmente ignorada por la Iglesia, pero no por los “adictos a la informática”. Es el mundo de los hackers. A través del testimonio de un joven hacker suizo y de un responsable de la lucha contra la cibercriminalidad de la Interpol, los participantes tratarán de comprender este otro mundo.
Habrá tambien una ocasión para aprender cómo se puede uno defender en caso de ataque, y de ver los límites teconlógicos y jurídicos de Internet.
Entre los delitos más frecuentemente cometidos por los internautas, está el de la violación de los derechos de autor. Esta situación también tiene consecuencias para la Iglesia. Expertos en materia de jurisdicción europea sobre los derechos de autor y la protección de datos informarán a la asamblea sobre la legislación en vigor en Europa y sobre los instrumentos jurídicos de que se dispone.
Los medios se convierten cada día más en un espacio social y cultural a través del que pasan todas nuestras prácticas individuales y sociales. Incluso las prácticas religiosas no escapan a la presencia de Internet.
Con el fundador del Instituto independiente Religioscope, la asamblea se interrogará sobre el modo en que Internet cambia las prácticas religiosas, y en especial las de los cristianos.
¿Medios e Iglesia en la era del zapping y del clic: cuál es el impacto de la revolución numérica? ¿Cómo se vivirá y se dirá la experiencia religiosa en la era numérica? ¿Cómo comunica la Iglesia en su interior? ¿Y al mundo? Este tema será objeto de otra reflexión en el curso de este encuentro.
Pierre de Barrique de Montvallon (llamado Piem), famoso dibujante humorístico, conocido por sus dibujos en La Croix, Figaro y Point, animará el encuentro con sus dibujos.
Las jornadas contarán con tiempos de oración y celebraciones eucarísticas.
Por Nieves San Martín

lunes, 9 de noviembre de 2009

Muchas sectas distorsionan significado de la Eucaristía

El Obispo Auxiliar de México, Mons. Armando Colin Cruz, llamó a cerca de 600 Ministros Extraordinarios de Comunión Eucarística (MECE), a "llevar a los enfermos al mismo Dios", y los instó a prestar atención a los signos de sincretismo y confusión porque "hay muchas sectas que buscan distorsionar el significado de la Eucaristía".
La agencia Fides informó que el Prelado hizo este llamado al presidir la ceremonia donde aproximadamente 600 MECE renovaron su compromiso de asistir a enfermos en sus casas, hospitales y cárceles en las zonas de Azcapotzalco y Gustavo A. Madero.
En la misma ceremonia, un segundo grupo de ministros recibieron por primera vez el mandato de "llevar a los enfermos al mismo Dios, Jesús Eucaristía, y de participar en la celebración de la Eucaristía distribuyendo a los fieles el pan del cielo".
Mons. Colin Cruz alentó a servir a los enfermos con oportunidad, alegría y oración. "Somos testigos de Cristo en las casas, con nuestra palabra, y podemos invitar a los presentes a unirse en oración", afirmó.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Esperanza en Cristo es único "remedio" ante la muerte, dice el Papa

VATICANO, 05 Nov. 09 / 10:12 am (ACI)Al celebrar esta mañana en la Basílica de San Pedro la tradicional Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año, el Papa Benedicto XVI destacó que lo único que verdaderamente responde al misterio de la muerte es la esperanza en Cristo.
El Papa recordó al iniciar su homilía a los cardenales fallecidos en el último año: Avery Dulles, Pio Laghi, Stephanos II Ghattas, Stephen Kim Sou-Hwan, Paul Joseph Pham Dinh Tung, Umberto Betti y Jean Margéot, manifestando su afecto por ellos y por los obispos fallecidos en este año.
"En estos venerados hermanos –dijo Benedicto XVI– reconocemos a los siervos de los que habla la parábola evangélica, siervos fieles a los que el amo, volviendo de la boda, encuentra despiertos y preparados; pastores que han servido a la Iglesia garantizando al rebaño de Cristo los cuidados necesarios, testigos del Evangelio que, en la variedad de dones y de tareas, han dado prueba de laboriosa vigilancia, de dedicación generosa a la causa del Reino de Dios".
El Papa observó que la separación de los seres queridos es dolorosa y que la muerte es "un enigma cargado de inquietud", pero "para los creyentes, suceda cuando suceda, está iluminado siempre por 'la esperanza de la inmortalidad'. La fe nos sostiene en estos momentos humanamente cargados de tristeza y desaliento".
Comentando la Primera Carta de San Pedro, segunda lectura de la Misa, Benedicto XVI subrayó que ésta exhorta a los cristianos en su peregrinación terrena a "mantener viva en el corazón la perspectiva de la esperanza, de una esperanza viva, porque Dios, en su gran misericordia, nos regeneró mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos".
"Este es el motivo por el cual debemos estar 'henchidos de esperanza', aunque nos afligen las penas. Si perseveramos en el bien, nuestra fe, purificada por muchas pruebas, resplandecerá un día en todo su fulgor y será para nosotros alabanza, gloria y honor, cuando Jesús se manifieste en su gloria", prosiguió el Papa.
"Aquí reside la razón de nuestra esperanza, que ya nos hace exultar de 'gozo indecible y glorioso' mientras estamos en camino hacia la meta de nuestra fe: la salvación de las almas", concluyó.

martes, 3 de noviembre de 2009

Día de San Martín de Porres, noviembre 3



Martín de Porres, Santo


Canonizado por el papa Juan XXIII en 1962.

  ¿Qué nos enseña su vida?
 


  • A servir a los demás, a los necesitados. San Martín no se cansó de atender a los pobres y enfermos y lo hacía prontamente. Demos un buen servicio a los que nos rodean, en el momento que lo necesitan. Hagamos ese servicio por amor a Dios y viendo a Dios en las demás personas.


  • A ser humildes. San Martín fue una persona que vivió esta virtud. Siempre se preocupó por los demás antes que por él mismo. Veía las necesidades de los demás y no las propias. Se ponía en el último lugar.
    A llevar una vida de oración profunda. La oración debe ser el cimiento de nuestra vida. Para poder servir a los demás y ser humildes, necesitamos de la oración. Debemos tener una relación intima con Dios.


  • A ser sencillos. San Martín vivió la virtud de la sencillez. Vivió la vida de cara a Dios, sin complicaciones. Vivamos la vida con espíritu sencillo.


  • A tratar con amabilidad a los que nos rodean. Los detalles y el trato amable y cariñoso es muy importante en nuestra vida. Los demás se lo merecen por ser hijos amados por Dios.


  • A alcanzar la santidad en nuestra vidas. Por alcanzar esta santidad, luchemos...


  • A llevar una vida de penitencia por amor a Dios. Ofrezcamos sacrificios a Dios.

  • San Martín de Porres se distinguió por su humildad y espíritu de servicio, valores que en nuestra sociedad actual no se les considera importantes. Se les da mayor importancia a valores de tipo material que no alcanzan en el hombre la felicidad y paz de espíritu. La humildad y el espíritu de servicio producen en el hombre paz y felicidad.

    Oración
    Virgen María y San Martín de Porres, ayúdenme este día a ser más servicial con las personas que me rodean y así crecer en la verdadera santidad.
    Sigue navegando con San Martín de Porres en:
    corazones.org
    EWTN

    lunes, 2 de noviembre de 2009

    Oración

    Oramos por todos los difuntos, que ya gozan de la bienaventuranza eterna.
    ·    Para que los cristianos vivamos nuestra fe con ilusión, y dejemos que la gracia nos transforme. Oremos.
    ·    Para que los gobernantes de las naciones, con espíritu de justicia, promuevan la paz en el nuevo milenio. Oremos.
    ·    Para que en nuestra sociedad se reconozca y valore lo sencillo, lo humilde y lo cotidiano, y se tenga en cuenta a todos los ciudadanos. Oremos.
    ·    Para que nuestros hermanos y hermanas, que trabajan por el bien de los pobres y necesitados, sepan que el Reino ya les pertenece. Oremos.
    ·    Por los enfermos para que reciban el alivio en su enfermedad, consolados por el amor de Dios. Oremos (nombrar)
    ·    Por todos los difuntos que tanto amamos en su vida terrenal, para que el Señor les de la paz de la vida eterna. Oremos (nombrar)

    Conmemoración de los Fieles Difuntos, 2 de Noviembre

    Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
    El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.

    La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

    La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.

    Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".
    Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.

    domingo, 1 de noviembre de 2009

    Día de todos los Santos



    La fiesta de hoy se dedica a lo que san Juan describe como «una gran muchedumbre que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus y lenguas»; los que gozan de Dios, canonizados o no, desconocidos las más de las veces por nosotros, pero individualmente amados y redimidos por Dios, que conoce a cada uno de sus hijos por su nombre y su afán de perfección.
    Hay quien pone reparos a éste o aquél, reduce el número de las legiones de mártires, supone un origen fabuloso para tal o cual figura venerada. La Iglesia puede permitirse esos lujos, un solo santo en la tierra bastaría para llenar de gozo al universo entero, y hay carretadas.

    ¡Aquellos veinticuatro carros repletos de huesos de mártires que Bonifacio IV hace trasladar al Panteón del paganismo para fundarlo de nuevo sobre cimientos de santidad! Montones, carretadas de santos, sobreabundancia de cristianos de quienes ni siquiera por aproximación conocemos el número, para los que faltan días en el calendario.
    Por eso hoy se aglomeran en la gran fiesta común. Los humanamente ilustres, Pedro, Pablo, Agustín, Jerónimo, Francisco, Domingo, Tomás, Ignacio, y los oscuros: el enfermo, el niño, la madre de familia, un oficinista, un albañil, la monjita que nadie recuerda, gente que en vida parecía tan gris, tan irreconocible, tan poco llamativa, la gente vulgar y buena de todos los tiempos y todos los lugares.
    Cualquiera que en cualquier momento y situación supo ser fiel sin que a su alrededor se enterara casi nadie, cualquiera sobre quien, al morir, alguien quizá comentó en una frase convencional: Era un santo. Y no sabíamos que se había dicho con tanta propiedad. Cristianos anónimos que a su manera, a escala humana, se parecían a Cristo.
    La solemnidad de Todos los Santos nació en el siglo Vlll entre los celtas la Iglesia nos propone esta Visión de gloria al comienzo del invierno, para invitarnos a vivir en la esperanza de una primavera, más allá de la muerte. Quiere también que caigamos en la cuenta de nuestra solidaridad con cuantos han pasado al mundo invisible. Festejamos con alegría a los Santos, pues creemos «que gozan de la gloria de la inmortalidad», en donde interceden por nosotros. Cada Santo vive intensamente la visión de Dios y su amor, mas su conjunto forma una ciudad, «la Jerusalén celeste», un Reino abierto a cuantos vivan de acuerdo con las Bienaventuranzas. Son la Iglesia del cielo.

    La Gloria de los «Santos, nuestros hermanos», procede de Dios, cuya imagen reproduce cada uno de ellos de una manera única. Por consiguiente, al venerarlos, proclamamos a Dios «admirable y solo Santo entre todos los Santos». Todos fueron salvados por Cristo, todos nacieron de su costado abierto. Este es el motivo por el que el lugar por excelencia de comunión con los Santos es la Eucaristía. En ella les santificó el Señor Jesús con la plenitud de su amor»; en ella podemos también nosotros suplicarle con humildad a Dios que nos haga pasar «de esta mesa de la Iglesia peregrina al banquete del Reino de los cielos».

    Evangelio domingo: Lc 7, 36 - 8, 3

    Evangelio domingo: Lc 7, 36 - 8, 3
    "Tus pecados son perdonados"

    "El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad".


    CORPUS CHRISTI

    CORPUS CHRISTI
    "Denles de comer ustedes mismos”. Evangelio Domingo: Lc 9, 11-17 La eucaristía es el alimento que sacia totalmente los anhelos más profundos del ser humano. Cristo no defrauda. Él es el pan de vida eterna: “El que venga a mí nunca más tendrá hambre” (Jn 6,35). Él – y sólo Él – calma el ansia de felicidad, la necesidad de ser querido, la búsqueda de la felicidad...

    Día del Sagrado Corazón de Jesús. Evangelio viernes: Lucas 15, 3-7.


    La oveja perdidaEl Evangelio Meditado

    Esperemos confiados pues no se olvida de nosotros el corazón de Cristo que sólo genera e irradia amor.

    Benedicto XVI abre camino a beatificación de Juan Pablo II y Pío XI

    Papa Benedicto XVI: "Silencio para escuchar a Dios"

    San Agustín

    Santa Marta

    Santa Marta
    Como Santiago evangelizó España, Santa Marta evangelizó Francia.

    ¿Quién amó a su prójimo en esta historia?

    Música Serena de Ascoy