
El cardenal Juan Luis Cipriani preside la misa como enviado del Papa
AYACUCHO, martes, 21 julio 2009 (ZENIT.org).-La Plaza de Armas de Huamanga, en la localidad de Ayacucho, se convirtió en un lugar de oración y acción de gracias al congregar a miles de fieles para celebrar los cuatro siglos de la creación de la diócesis de esta localidad.
La Eucaristía estuvo presidida por el cardenal Juan Luis Cipriani, nombrado por el Papa Benedicto XVI como su legado pontificio. También estuvo presente el nuncio apostólico en este país, el arzobispo Bruno Musarò.
Igualmente veinte prelados peruanos, concelebraron esta misa solemne, entre ellos el arzobispo de esta localidad, monseñor Luis Sebastiani Aguirre S.M
El Evangelio que brota en medio del dolor.-
El cardenal Cipriani, que fue obispo auxiliar de Ayacucho durante nueve años (1988-1997) y arzobispo titular por dos años más (1997-999), en su homilía evocó la labor misionera que ha realizado en estos siglos la arquidiócesis.
En particular, rezó por todas las almas de las personas que murieron en la época de terrorismo de Sendero Luminoso, especialmente en los años ochenta y principios de los noventa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario